jueves, 18 de febrero de 2016

Gracias… Mil veces gracias, Bendito Cristo de mis sueños…

Gracias… Mil veces gracias, Bendito Cristo de mis sueños…

Gracias Bendito Cristo de mis sueños
Por estar siempre a nuestro lado…
En el más doloroso de los malos tragos
Y en el más amargo de los momentos…
Cuando el dolor te rompe por dentro
Y todo es para el corazón quebranto.

Gracias por devolver la Esperanza
A este viejo corazón maltrecho.
Gracias por convertir este pobre desecho…
En algo digno de Tu mirada.

Gracias Bendito Cristo de mis sueños
Gracias por regalarnos esta mágica mañana.
Por colmarnos el corazón y el alma
Del más cálido Amor… De Paz y Esperanza.
Por permitirnos estar juntos de nuevo…
Aunque sólo hayan sido unos cortos momentos...

Por permitirnos pasear cogidos de la mano
Por Castilla, por El Zurraque y por San Jacinto
Camino de la Iglesia de San Gonzalo.
Donde al fin, los tres juntos pudimos
Postrarnos ante Nuestro Dios Soberano.

Media vida, Señor… Bendito Cristo de mis sueños…
Media vida, Señor… Esperando este ansiado momento…
Media vida, Señor… Para alcanzar mi mayor deseo.
Asunción, Marta y yo… Los tres juntos de nuevo…
A los pies de mi Cristo… Mi Señor, mi Jefe y mi Dueño.

Y tras la misa y la comunión, como en el mejor de mis sueños,
Tras la oración más sentida que te haya podido entregar mi alma…
Con todo el consuelo que nos ha regalado tu dulcísima mirada,
Hoy, después de media vida Señor, se ha cumplido mi mayor anhelo…
Cogerla en nuestros brazos y tenerla entre nosotros de nuevo.

Gracias… Bendito Cristo de mis sueños
Por convertir aquel viejo cauce de lagrimas de dolor y desesperación,
En joven caudal de tibia Esperanza, de Amor y resignación…
Por volver a colmar nuestro corazón del más tierno consuelo.
Gracias Señor… Por concederme el mayor de mis deseos.

Y así, con el corazón colmado de Amor y esperanza…
Tras desandar el camino andado,
Juntos tu madre y yo, cogidos de la mano,
Bajo el puente de Triana…
Desde donde hoy, descansan al fin tres almas,
En nuestro querido río, amorosamente te hemos dejado…
Cuanto Amor te llevas, hija de mis entrañas.

Media vida, Señor… Media vida esperando esto.
Media vida, Señor… Media vida esperando el momento
De tener entre mis brazos un sueño…
Y un segundo Señor… Un segundo para perderla de nuevo.

Hasta siempre mi querida Marta,
Corre mi vida… Corre  con el abuelo…
Concédeme, mi bien, este ultimo anhelo
Que te está esperando entre olas de espuma blanca


Entre los corales del mar del cielo.

viernes, 5 de febrero de 2016

Compadre de mi alma…


Tras aquel faldón de mis recuerdos,
Tras tantas noches de desvelos
Tras tantas tardes noches de gloria recordada…
Tras tantos buenos hombres que se fueron,
Tras tantos años de vida arrebatada.
Tras tanto esfuerzo compartido…
Tras tanto abrazo repartido,
Tras tanta vida derramada…
Tras tantos sueños vividos,
Tras tantos y tantos kilos,
Tras tantos dolores de espalda…
Tras tanto amor como se daba…
Tras tantos malos ratos recibidos,
Tras tanto entrenamiento en madrugadas
Cuando terminábamos de orgullo henchidos
Y un simple café con dos tostadas,
Era nuestro premio permitido…
Hoy que vuelven los recuerdos ya perdidos
De aquellas noches tan lejanas
Que en memoria grata
Se agolpa en mis sentidos…
Hoy te sigo estando agradecido
Por todo lo que juntos vivimos...
Por lo que juntos, tantas veces compartimos,
Por todo aquello que sufrimos
Y por todo aquello que tuvimos
La suerte de soñar y de vivirlo.
Compadre de mi alma…
Hoy te vuelvo a echar de menos
Y daría lo que no tengo
Por tomarme un cubatita contigo...
Por disfrutar de un ratito de charla...
Por poder disfrutar de mi amigo,
Ahora que casi nunca nos vemos.

Enfermo de nostalgia por tu ausencia...

Y sigo muriéndome por tenerte muchacha…
Por llevarte a cuestas como antes…
Por jugar a sentirme como en casa
Por poder acariciarte hasta ablandarte…

Enfermo de nostalgia por tu ausencia,
Por la fiebre que consume mis recuerdos, loco…
Ahora que ya de noche no te toco
Abrumado por el mundo vacío y sin conciencia.

Y sigo muriéndome por tenerte muchacha…
Por soñarte a cada instante intentando doblegarme,
Intentado, en vana y desigual pelea, quitarme
La ilusión de tantas y lejanas madrugadas.

Qué lejos quedan las ilusiones de aquel tímido muchacho
Que prendido en su sueño enamorado
Tantas tardes, rendido para siempre a tus encantos,
Despierto llegó a soñar con poder amarte hasta el hartazgo.

Que por la dicha de poder amarte locamente
Te abrazaba hasta sangrar por las heridas
Que tú, abrasadora pasión de aquel loco impenitente
Sin asomo de piedad, desdeñosa le infligías.

Y cuando al fin, después de lucha tan desigual y agónica
Al fin te entregabas a mí, por el amor que yo te daba…
Aun así, tan ajena y tan distante te mostrabas…
Sabiendo que por y para siempre serías la única
Que ocuparía aquel rincón de mi alma enamorada.

Mas al llegar la hora de tener que separarnos, 
Como llega el ocaso cuando acaba el día…
Triste pero feliz, me marche de tu lado… Porque sabía
Que nadie más en este mundo te amaría
Como yo te había querido...
Como yo te había sentido… 
Para siempre tu mejor enamorado.

Perder por tu recuerdo la salud, yo no quisiera
Que nunca se emborracha la memoria
Bordando en pesadillas la ilusoria
Utopía de verte y saber a ciencia cierta
Que nunca más será como antes fuera…

Maldíceme muchacha, porque a la vida
La quiero lejos amarga y dolorosa.
Clavando sus espinas cada rosa
Y con la soledad haciéndose mi amiga.
Maldíceme muchacha ¡Dios te bendiga!
Si no eres tú… Mi loco amor… No quiero otra cosa.

¿Como olvidar nuestra primera vez, muchacha?



Ahora,  que el invierno me encamina
De manera inexorable al olvido y a la ruina
De lo que una vez fue juventud, tu… Mi gran amor, me animas
A desgranar los recuerdos, intentando con la rima
Torpe de estos versos,  contar lo que permita
La pobre elocuencia de la simple ortografía…

¿Cómo contar nuestra primera vez, muchacha,,,?
Antes que el cruel olvido,  merme mis ya pocas facultades
Y siembre para siempre en mi memoria oscuridad y dificultades…
Me robe la dignidad, mis recuerdos y las habilidades
Que una vez me regalo la vida, para convertir en palabras
Los sueños locos de un alma para siempre enamorada…

¿Cómo olvidar nuestra primera vez, muchacha…?
¿Como contar al amigo que el corazón desbocado
A punto de reventarme el pecho, pugnaba
Por escapar de mi, sabiendo que iba a tu encuentro…?

¡Como contar lo que vivieron mis sentidos?
¿Como explicar al mundo entero lo que sentí…?
¿Como explicar con palabras lo que viví,
Cuando por vez primera el latido
De mi quimera, me quemó en lo más íntimo
De mis pocos años y que en aquella agonía postrera
Tras un esfuerzo tan desmedido
Que en mi vida jamás conociera…
Me regalaste, quedamente, tu primer gemido…?

¿Cómo olvidar muchacha, nuestra primera noche arrebatada…?
¿Cómo olvidar mi engañosa valentía y mis miedos?
¿Cómo contar al profano  que me enamore de un simple madero…?
Y que desde aquella fría e invernal madrugada,
Supe que para siempre, te había entregado mi alma…

¿Cómo contar el sentimiento cruel de la espera
Cuando sin poder refugiarte ni en el propio autoengaño,
Hacía falta un verano, un otoño, un invierno…  Casi un año
Para poder tenerte y sentirte de nuevo tan cerca?

¿Cómo expresar que el dolor que me infligías
Cada vez que disfrutábamos de un corto y fugaz encuentro,
Y que cada una de las heridas que abrías en mis adentros
Solo eran para mí motivos de alegría…
Que jamás supuso para mi, ni amargura ni dolor ni sufrimiento…?
Que solo eran un acicate más, para correr como loco de nuevo a tu encuentro.

Hoy, a esta hora, no he podido olvidarte, muchacha…
Más no sé lo que pasará mañana.
Solo me queda contarte, que si el paso inexorable
De los años y la vida me quitaran algo tan imborrable
Como nuestra primera vez, muchacha…
Creo que no sería pecado pedir a la Providencia

Que pusiera punto y final a esta pobre y dolorosa existencia.