Entrañables imágenes, apenas olvidadas de mi barrio,
Mi viejo y añorado barrio de San Bernardo.
Que en sepia, poco a
poco, se van perdiendo
Entre la bruma de mis más gratos ensueños.
Así se va formando el columbario
Donde anidan para siempre los recuerdos.
Viejas caras que, poco a poco, van quedando
Impregnadas para siempre en la memoria,
Conformando, del nunca dicho adiós, la historia
De infantiles y anhelados recuerdos…
De aquel niño que aprendiendo
A soñar…Soñó una vez un sueño…
De aquel niño, que intentando parecerse a sus abuelos…
Soñaba poder ser alguna vez Su costalero…
Y que por avatares de la vida, tras los pasos
De sus padres, tuvo que cambiar de barrio…
Cambiar de amigos… Cambiar colegio…
Cambiar de puente… Y soñar que soñaba despierto.
Por eso ahora, al evocar tanto como he vivido
Tan lejos de tus viejas calles, barrio mío
Me duele tanto como pude disfrutar y que he perdido…
Me duele no haber podido sacar nunca a mi Cristo.
Me duelen los sueños perdidos de aquel chiquillo
Que bajo Tu paso, soñaba con ser costalero.
Y que sólo Te acompañó como monaguillo
En aquellos días de mi infancia, que para siempre se fueron.
Aquellas ilusiones vividas en tardes de Mayo
Cuando al salir del colegio, tantas veces jugábamos
Bajo un pequeño cajón de madera, soñando
En convertirnos en los hombres que portaban Tu paso.
Solo albergo un pequeño consuelo…
Que por Tentudía, Santo Rey o Campamento,
Por Marqués de Estella o San Bernardo…
Que por Cofia, Valme o Gallinato,
En aquellas tardes de Mayo
Por las calles de mi viejo barrio
Tan llenas de ilusiones y empeños,
Aunque solo lo fuera en mis sueños.
Aunque solo lo consiguiera soñando…
Pude lograr mi mayor deseo…
Y convertirme en Tu mejor cirineo…
Y que aquel chiquillo, que con el paso de los años
Se hizo hombre y que hoy no es más que un viejo
Soñando que soñaba, logró su mayor anhelo…
Y aunque nunca lo pudiera conseguir despierto…
Aunque solo lo fuera en sus infantiles sueños…
Pudo al fin, solo por esa única vez, ser Su costalero.
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