Compadre de mi alma...
Como ayer... Como hoy... Como siempre... Cuando el Domingo
de Ramos, de mañana, como a nosotros nos gusta... yo sepa que tú estarás
velando tus armas... Como yo estaré velando la mías... te seguiré echando tanto
de menos como te sigo añorando bajo el paso... Si da igual compadre... Y tú
lo sabes... Que más dará que ya peinemos tantas canas... Si aun tenemos el
corazón lleno de ilusión, de casta y de ganas... Sólo le pido a nuestro Señor,
Ése que instaura la
Eucaristía o va en Silencio despreciado... O que humilde
camina solo por Almirante Topete o en abrumador e inmenso alarde, se lleva todo
el Lunes Santo con el izquierdo de Juan Vizcaya por delante...
O que a primeras horas de la tarde va dormido por la calle
ancha la feria o que en las primeras horas de la noche es abofeteado por
Cardenal Spinola... O que, triunfante Padre de todos se pasea por Orfila entre
sueños de viejos amigos capataces y costaleros...
O Ése que el mejor Jueves del año, nos viene de los Remedios
entre azotes y romanos... O la bendita Madre Inmaculada que tantas madrugadas
nos mostró el camino... O las tres cruces clavadas en nuestros jóvenes
corazones ya casi marchitos a fuerza de bofetadas, tropiezos y llantos...
O nuestro Bendito Cristo de la Providencia , que
dormido... Avanza entre sones de tragedia...
Pues bien compadre, a Ellos dos les pido con todo mi
corazón, seguir siendo digno de ser su cirineo... Y que cuando Ellos lo
decidan, me hagan ver claro que ya paso nuestro tiempo y que mejor que desde
fuera, lo veamos y acompañemos... Y a ti, compadre de mi alma, solo darte
las gracias y que ojala, como antaño, puedas seguir sintiéndote orgulloso de
mí, si me ves de costalero... Y para terminar, BENDITA SEA LA MADRE QUE LE PARIÓ A
USTED.
No hay comentarios:
Publicar un comentario