sábado, 17 de marzo de 2018

Hoy no caben en mis adentros...




Hoy no mi amor… Hoy no.
Hoy no es la razón quien te habla.
Hoy solo es mi corazón
El que en pedazos estalla…

Hoy no caben en mis adentros
Preguntas, dudas  ni enojos…
Solo pretendo mirarte a los ojos
Y volver a decir que te quiero.

Que te quise y que te quiero…
Que has sido mi ruina y toda mi fortuna.
Que desde aquel primer encuentro,
No ha habido instante ni momento
En que mi alma no haya sido solo tuya…

Tuya, muchacha… Siempre tuya.
En la más brillante luz
Y en la noche más oscura.
Mi pasión y mi rosacruz…
Todo mi  universo y el tragaluz
Por donde escapa mi poca cordura…

Mi equilibrio y mi desmesura.
Mi secreto amor, la lujuria
que me incendia… Mi furia
Descontrolada y mi peor locura.
El milagro que todo lo cura…
Mi averno y mi cielo… Mi mundo.
Mi mayor placer y mi tortura.
A la que basta un solo segundo
Para forjar mi gozo y mi desventura…

Mi sosiego y la paz de mi alma.
La que me reconforta y la que me irrita…
La que me da la razón o me la quita.
La que me enferma y la que me sana…
Mi último verso…. O mi primera palabra.
Para mí lo serás siempre todo, muchacha.

Mi rubí, mi zafiro y mi esmeralda.
El desconocido elixir que me embriaga…
El perfume que me seduce y me engaña.
El hierro y el cobre… El oro y la plata.
Mi nada y mi todo. Mi risa y mis lagrimas.
Mi puente y mi río. El campo y la playa…
Mi verso y mi prosa. Mi prisión y mis alas.
Mi miedo y mi valentía. Mi pluma y mi espada.
La magia y el fuego. Mi sed y mi agua…
Mi principio y mi fin… Mi motivo y mi causa.
Mi peor condena… Y El amor que me salva.
Por eso hoy, quiero decirte muchacha
Que solo por tu grato recuerdo,
Sigue latiendo este corazón maltrecho.
Que aquí estoy para lo que te haga falta.
Que guardo unas pocas fuerzas, la faja
Y el costal, por si alguna vez me llamaras…
Y aunque fuese lo último que hiciera,
Por estar contigo esa vez postrera…
Daría mi hacienda, mi honor y hasta el alma.

Queda con Dios muchacha.
Bien está ya por hoy. Hasta mañana.
Y perdona a este pobre viejo
Que con lisonjas y pobres versos
A  veces  te importuna.
Porque por el sol que nos alumbra
Hoy te puedo asegurar
Que Reinas las habrá…
Pero como tú… Ninguna.

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