Y ha vuelto a ocurrir esta
mañana.
En el diario ritual… Al
afeitarme.
Cuando el espejo, despues
de ducharme,
Devolvia la imagen de una
juventud marchitada.
De una madurez que se
alejaba…
De una vejez que, a paso
vivo, se me cierne…
Y una vida por vivir, casi
agotada.
Más a pesar del escalofrio
que produce
El contemplar el resultado
del trabajo
Que la vejez realiza a
diario y sin descanso…
Te consuelas, pensando que
no quedará impune
La afrenta a la vitalidad
perdida… No te preocupes.
Mañana todo se verá
distinto. Otras luces
Cambiaran el cruel e
infame retrato
Donde hoy, has vuelto a
verte reflejado.
Pues a pesar de que la
verdad desnuda asoma
Ineludiblemente en el
carné y en el espejo…
Que lo que ves, no es mas
que el fiel reflejo
De una juventud que se
marchó y que no retorna…
Ves la cruda realidad y entonces,
el desconcierto
Deja paso al temor. Y el
temor al miedo…
Que prende en ti como en
el bosque prende el fuego.
Mas lo que haya de
pasar, pasará… Que duda cabe.
Que la vejez al fin
triunfará… Resulta inevitable.
Pero tambien es cierto que
para poder llegar
Adonde hemos llegado, ha
hecho falta gastar
A veces, más que una vida…
Y yo no me puedo quejar.
Pues el dia que el Santo
Juicio llegue, que ha de llegar…
A mi Dios y Señor ofreceré
algo que seguro le cuadre.
Y seguro que mis muchos errores
y faltas, ha de perdonar.
Que aparte de ser Nuestro
Dios, no deja de ser buen Padre.
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