miércoles, 14 de marzo de 2018

Nos enseñaste a no olvidar...




Como olvidar aquella triste madrugada
De hace veinticinco años... Me entristece
Tanto recordar aquel momento, que parece
Fue ayer mismo, a los pies de aquella cama,
Con la sola compañía de la muerte,
Que te llevó de nuestro lado de tal suerte…
Y cuando al fin pudo descansar tu alma.

Nunca olvidaré aquel triste momento.
Yo, sin saber que hacer y tu muriendo…
Solos tú y yo. Solos… A las puertas del averno.
Consumido por la pena yo… Y tú expirando,
Después de penar, trabajar y sufrir tanto…
Por eso hoy, después de tantos años
En este día de tan desdichados recuerdos,
Solo acierto a darte gracias por el legado
Inconmensurable que diste ha quien quiso recogerlo…

Gracias por la educación y por los cinco de Enero…
Gracias por enseñarnos a vivir siempre creyendo
Que mañana seria mejor que hoy o que ayer…
A luchar, a trabajar sin descanso y a no desfallecer.
Porque nos enseñaste a no llorar sin aprender.
A nunca levantarte un día y no saber que hacer.
Nos enseñaste a luchar por lo que se quiere…
A nunca temer a los recuerdos ni a quien nos hiere…

Nos enseñaste a no sobrecogernos ante el miedo…
A no temer al futuro ni tampoco a la memoria.
A que forjáramos trabajando duro nuestra historia…
A intentar solucionar siempre los problemas,
A no abandonar nunca hasta conseguir la victoria.
Que fuéramos el mejor ejemplo, antes que dar pena.

Nos enseñaste a trabajar para hacer realidad los sueños.
Que siempre que pudiéramos, regalásemos amor,
Que nadie pagara nunca nuestras dudas y mal humor.
A no temer a la vida, al porvenir, ni a volvernos viejos…
A disfrutar con los amigos, a ayudarlos y comprenderlos
Nos enseñaste a no fingir y a ser nosotros mismos.
Nos enseñaste que decir la verdad era el único camino.

Nos enseñaste a no olvidar a la gente que te quiere.
A hacer siempre las cosas por ti mismo,
Nos enseñaste a creer en Dios, en Su divino Hijo
Y en Su Bendita Madre, con la advocación que tuviere.

Dulce Nombre, Refugio, Soledad… Esperanza
San Francisco Javier, Gran Poder y bienaventuranzas.
Todo esto nos legaste al irte aquella madrugada…
Por eso hoy igual que ayer, cuando te nombro papa…
Aunque me duela tu ausencia, te sigo dando las gracias…
Te sigo echando de menos y me sigues haciendo falta.

Gracias por enseñarnos a vivir en paz cada día
Por vivir tantos buenos momentos como vivimos…
Por enseñarme a perdonar las faltas que cometimos
Unas veces queriendo y otras… sin haberlo querido.
Gracias por tantos buenos ratos como nos diste en vida.

Gracias por enseñarnos valores que jamás olvidaremos.
Por enseñarnos a reír, a llorar y a vivir siempre unidos…
Por enseñarnos a dar las gracias por lo que recibimos
Y por enseñarnos a ser felices con lo que tenemos.

Allá donde estés papa, te pido que nos sigas cuidando.
Que nos esperes en el cielo. Y que te sientas orgulloso
De tu mujer, de nuestros hijos y de todos nosotros.
Porque pase el tiempo que pase, días, meses o años
Nunca podremos olvidar tanto como nos has dado.
Y que siempre atesoraremos como el mejor regalo
El legado que nos hiciste con tu amor, tu trabajo,
Tus desvelos y con todo el amor que nos has dejado.

Hasta luego, hasta mañana y hasta siempre papa…
Gracias, mil veces gracias… Siempre te querré papa.

1 comentario:

pepatrillo@hotmail.com dijo...

Como lo describes mi niño cuanto nos dio y cuanto nos sigue dando que pronto se no fue ............ gracias hijo te quiero mucho