miércoles, 21 de febrero de 2018

A solas, con montañas de recuerdos...



Caminando por ninguna parte… Ayer tarde.
A solas, con montañas de recuerdos
Que pugnaban por escapar del cerebro
Casi enloquecido de este pobre viejo…
Sin asomo de perdón ni lugar que me resguarde.

Caminando como digo sin tener  donde llegar…
Ni lugar alguno donde ir…  Con el ánimo roto.
Con la certeza de nunca superar el intimo alboroto
Que produce en mi alma el saber que estas detrás
De esa puerta gris que sigue abierta en lo más hondo
De un alma, que no dejará de amarte jamás…

¿Por qué al marcharse mi tiempo, muchacha…
Tu, a la que tanto di… no dejas de acosarme?
¿Por qué tu grato recuerdo, sigue lacerando a diario mi alma…?
¿Por qué te me muestras renuente a abandonarme…?
Yo, iluso de mi, que creía poder llevarme la vida por delante.
Poder ponerme el mundo por montera. Y hasta cambiarte…
Sin pensar que tras el día, llegaría la noche y mañana
Podrías amarme como yo te amaba, o tal vez olvidarme.
Que pudiera ser que alguna vez, pudieras entregarte a mi
Como aquella tarde muchacha, que en loco frenesí,
Creí tenerte de nuevo… Iluso de mi.  Pues volviste a marcharte.
Pues esa vida ingrata de la que hablo, vino a demostrarme
Que iba en serio y tal vez, ya era demasiado tarde
Para volver a dejar en ti mi huella y después marcharme
Entre el dolor y el llanto… E intentar en vano olvidarte.

Nacer, crecer, llegar, estar… El triunfo o el fracaso.
Dejar jirones de piel en cada encuentro fugaz que disfrutamos…
Poder disfrutar de ti como disfruté tantos años…
Saber que se acercaba el momento del adiós… Y negarlo.
Envejecer, morir… Eran solo las dimensiones del teatro…
La juventud que se marchita, el silencio tras los aplausos.
Pero ahora que no  te siento como antes a mi lado…
La verdad, desnuda y desagradable, al fin asoma:


Marchitarse, envejecer, morir, es el argumento de la obra.

En mi humilde opinión, ahí está el secreto.



A modo de reflexión, quisiera aprovechar esta oportunidad para decir sólo una cosa sobre esto de poder ejercer de costalero... Esto es un privilegio que el Señor y su Bendita Madre nos regalan durante un tiempo… No lo malgastemos en cuestiones sin importancia… Aprovechemos cada momento que podamos disfrutar de nuestra bendita locura sin medida… Dar, darlo todo en cada segundo y darse a los demás… Aquí no hay sitio para la individualidad… El triunfo, el fracaso, la leña… El sudor, la fatiga, el disfrute… Los sueños, las lagrimas, las risas y los lamentos…. Son para todos y cada uno de los que hemos tenido, tenéis y seguirán teniendo la suerte de poder estar bajo un paso, llevando con el corazón la imagen de Nuestro Señor o de Su Madre… Y esto, desgraciadamente dura muy poco. Antes de que nos demos cuenta, todo se ha acabado y solo queda vivir con los recuerdos y los sueños…

Quererse y disfrutarse… Querer y disfrutar lo que se hace y como se está haciendo…En mi humilde opinión, ahí está el secreto.

Un abrazo para todos.

Porque apareces cuando más te necesito.,

Porque apareces cuando más te necesito.,
tras tropezar en las piedras del camino
que conforman el lento transitar de mi destino…
Por confortarme cuando bien o mal decido.
Por estar a mi lado cuando me levanto tras haber caído.

Por poner tranquilidad en momentos de zozobra
Y por ser el ultimo asidero cuando mi alma se ahoga.
Por esto y por aquello… Son tantas las cosas
Que podría volver a gritar al viento… Tantas y tantas rosas
Sin espinas las que me devuelves, cuando en contra
De lo que merezco, con tu serenidad  y con  tu alma virtuosas
Traes la paz a mi alma, apartándola  de la senda tortuosa,
En que la vida nuevamente y de forma tendenciosa,
Volvió a enquistar de manera y suerte tan odiosas.

Porque estabas a mi lado, cuando mi amargura
Y mi dolor eran tan altos, que el dintel de la puerta de la casa
De donde salí llorando, apenas llegaba a mi cintura…
Cuando era mi dolor tan grande, que no hallaba esperanza
Entre tanto desconsuelo y agonía, que en llamaradas…
Convertía mi infinita pesadumbre en cruel tortura…

Porque has estado a mi lado siempre y en todo lugar,
Porque de un modo u otro, conseguiste perdonar
Las muchas faltas que siempre sin querer,
Tantas y tantas veces, siendo ingrato, te prodigué…

Porque sin pedirme nunca  nada
A cambio, me lo has dado todo.
Porque llegara como llegara a casa,
Tan solo con mirarme a los ojos
Sabias encontrar el gesto o la palabra
Que llevase la paz a mi alma.

Porque durante tantos y tantos años
Desde el mes de Enero hasta Marzo,
Nunca me dijiste nada en contra
Cuando me iba a ensayar y te dejaba sola…

Por tantas y tan cosas que se quedan en el tintero…
Por tanto como te he de pagar, que no encuentro
Ni la manera ni el modo de poder devolverlo…
Por regalarme a mis hijas, por decirme te quiero…
Por preocuparte cuando es tarde y no llego…
Por hacer de enfermera cuando estoy enfermo…
Por hacerme tan feliz… Por dejarme ser costalero.
Hoy quiero decirte Asunción que te quiero…
Que te quiero y que te quiero… Sensi te quiero.
Y que bendigo el día en que nuestro
Soberano Señor de San Gonzalo,
La tarde de aquel catorce  de Febrero
De hace hoy ya  treinta y nueve años…
Cruzó nuestras vidas y unió nuestros sueños…

Feliz aniversario mi amor. Te quiero.