Mi añorada... Mi soñada... Siempre recordada y necesitada Marta:
Hoy, como todos los días de mi vida... Como siempre... Mi primer pensamiento ha sido para ti.
Hoy es veintidós de Octubre.
Curiosidades de la vida. El número veintidós... Me acompaña desde la cuna.
Vine al mundo un día veintidós. Mi padre, también nació y se fue un día veintidós.
Tú te fuiste el día 22 de Octubre de 1988.
Ahora tendrías veintidós años...
El destino. Todo podría haber sido de otra manera.
Tu vida, nuestras vidas... Todo podría haber sido muy distinto... Solo Él lo sabe.
Por esta y por muchas otras razones, sigo dando todos los días gracias a mi Dios.
Él y sólo Él, guardián eterno y omnipotente de los designios de nuestras vidas, te llevó a su lado
por alguna razón...
Y aquí nos dejaste para siempre con la tristeza y la amargura de tu insoportable ausencia, pero con la certeza del reencuentro el día que Él nos llame a Su presencia.
Él te arrebató de nuestro lado... Pero también Él nos regaló a tus hermanas... Desde entonces vivimos por y para tu memoria y por y para tus dos hermanas...
Soy feliz con la vida que nuestro Soberano nos ha deparado...
Desde donde estés, sé que te alegras de nuestros pequeños logros y que siempre nos acompañas en nuestros fracasos, para consolarnos y darnos nuevos bríos para seguir con nuestras vidas...
Él que tanto nos quitó, también nos dio todo lo que tenemos...
Él sabe lo que hace y por qué.
Mañana, como todos los días, seguiremos recordándote y preguntándonos como podría haber sido... Y no fue.
Como también tenemos la certeza de que un ángel maravilloso nos cuida y vela por nosotros todos los días de nuestras vidas.
Queda con Él, mi queridisima hija...
Hasta siempre Marta.