jueves, 2 de agosto de 2012

Calor... Calor... Y verano...
Y calor...

Y hasta con el calor...
La hora de acordarse de la hora... De la verdad.
(O al menos de la verdad que alguna vez me encendió el corazón...)

"La hora de la verdad…
Sólo para el que alguna vez lo haya vivido…
Sólo para aquel, que alguna vez lo haya sentido…
Sólo para aquel… Qué más da….

El momento de hacerte la ropa… Ese viejo costal
De arpillera que… Que más da…
Sea del color que la tela tuviera…
Sea cual fuere la arpillera…
Sin ese Amigo que te aguanta, sin ese Amigo que te tira…
Sin ese amigo que soporta… mientras otros sólo miran…

Sin ese amigo que sueña contigo.
Sin ese hermano que acompaña
El peor o el mejor momento…
Que sin entrar en alegrías o en sueños…
O te endulza… O te amarga
Ese trozo de destino…
Pues eso… Sólo con ese… O sólo eso.

Y cuando al fin, le das la espalda…
A ése que decidiste una vez que tu amigo fuera
Por siempre y que… Por última, o por vez primera
En íntimo y decidido abandono, le entregas
Tu ropa, tu esperanza o hasta tus reglas…
Tu mejor todo… O tu peor nada…
Dándole la espalda…
En el mas absoluto de los actos de fe
Que imaginarse alguien pudiera…
Que si entre hombres hablamos, de tostadas y café…
De cervezas o cubatas…
De botellines o tintos con tapa…

Ese que tú decidiste, ese… el que la ropa te calza.
Ese que tú decidiste, ese… Es el que primero te abraza…
Ese que tu decidiste, ese… Es el que te acompaña.
Y cuando al fin todo acaba…
Entre glorias y esperanza
Entre sueños y añoranzas…
Ése es el que quieres que guarde tu espalda.

Cuanto te hecho de menos compadre de mi alma…"

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