lunes, 17 de abril de 2017

Has vuelto para volver a herirme en mis adentros…




Ahora, que como cada año, has vuelto
para volver a herirme en mis adentros…
Para volver a darme fuerzas, ganas y hasta alientos…
Para volver a incendiar mi tupido bosque de recuerdos.

Ya te veía venir muchacha... Te presentía allá a lo lejos,
en el más intimo rincón de la memoria...
Volviste para pasar, sacarme otra vez  de mis sueños
y como pasa siempre, quedarte.
De la mano de mi abuelo y de mi padre,
prendida en mi... Esta es la historia
de este loco amor que sueño para soñarte
noche a noche, tarde a tarde... Día a día...
Muchacha siempre joven a mis ojos, chiquilla
De mirada altiva que me enamoraste aquel día…
Y que para siempre me robaste
El corazón… El alma, el aliento y hasta la vida.

Ni puedo ni quiero olvidarte.
Y ahora que te fuiste en un instante,
solo rezo a mi Dios para que el tiempo pase
fugaz y vuelvas de nuevo para quedarte
otra vez junto a mi... Muchacha tan cruel y distante.
Fragancia inolvidable a Mirurgia de mi madre
y la colonia sin nombre de mi abuela.
El aroma del clavel, del jazmín o la azucena...
El olor a calentitos del postigo,
Almendras garrapiñadas o adobo de Cerrillo.
El olor de mi viejo barrio de San Bernardo
y el recuerdo del vetusto portalón de la calle ancha la Feria.
El frescor y la bulla bajo el naranjo en San Gonzalo,
Arenal y lejano arrabal de heridas que nunca cierran…
El recóndito balcón donde la saeta quiebra
el silencio de la noche y hace llorar a la luna llena…
El abrazo del amigo, la más dura corría y el terminar de la faena…
Causa final de mi gozo o de mi pena…
Despertar de mi juventud, luz de guardabrisas brillante
Y brisa entre varales de ese paso palio cimbreante
que se va entre incienso y azahares
para volver en Primavera a deslumbrarme...

Flor que en mi corazón jamás se marchita,
Eterno desvelo de mis noches despierto.
Perpetuo imán que atrae mis recuerdos.
Mi mejor ensueño y mi peor pesadilla…
Fanal y luz que ilumina cada uno de mis días.

Ay muchacha que siempre que vienes
te vas…Y vuelves para quedarte…
Y aunque a la larga, acabes marchándote,
Tu dulce recuerdo es el que me sostiene
siempre prendado y enamorado de ti
cautivo de por vida de tu esencia…
Yo, pobre diablo. El que más añora tus ausencias.
Sé que igual que has llegado, te irás, si…  
Pero yo seguiré aguardando el instante
tan soñado, Por si acaso de nuevo,
quieres venir a los brazos de este pobre viejo
loco de amor que ya que no puede abrazarte,
y se conforma con mirarte de lejos

y seguir soñando que sueña… Para soñarte.

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