sábado, 17 de marzo de 2018

Como cada mes de Marzo.




Estas llegando y ya parece que te vas…
Te presiento en el naranjo
Que en la esquina de San Gonzalo
Ya está a punto de brotar
Como cada mes de Marzo.

Mas que presentir, te adivino
En la mirada ilusionada del amigo
Que ve que llegando, casi se ha ido
La semana que es tan corta como el latido
Del corazón desbocado de un niño
Que consigue lo que tanto ha querido.

Atrás quedaron Enero y Febrero…
Las parihuelas cargadas de sueños…
Las tardes en el salón soñando izquierdos
Las noches sin dormir soñando despierto.
Los pescaitos, las igualas y los entrenos…

Se acabo la tediosa y tensa espera
Que nos lleva a vivir una vida entera…
En tan solo una corta semana.
Que se abran de par en par las puertas
Del cielo y que nos dejen franca la entrada.

Que ya mismo es Domingo de Ramos…
Y a los días, los llamaremos Santos.
Pues sea... Que comience el último acto..
Que el tiempo se nos va entre las manos
Como de entre los dedos se escapa la arena…
Que cada día nos lleve del arrebato
A la pasión desmedida y a la gloria costalera...
Que estallen los naranjos en la flor
Más deseada por el cofrade..
Que solo el incienso nuble el color
Especial de nuestro cielo de primavera...
Que nuestras mujeres y nuestras madres
Den comienzo a la regla y al rito
de la plancha, las torrijas y los pestiños...
La que se nos viene encima… Dios mío...
Llegan las mudas y los porcientos,
como mi compadre del alma predijera...
Los llantos, las alegrías y las nervioseras...
La espera, las copas y la cuaresma
que se nos acaba... La vida en una semana
 que ya con la mano se alcanza...

Que sobre el adoquín de San Jacinto,
El asfalto del Centro o la Macarena,
 solo lluevan el olor del clavo, el incienso y la cera...
Que venga ya por Dios la Semana Santa...
Que ya pasó el domingo de los fantasmas...
Que salga el sol, aunque sea por Antequera…
Que el pregonero nos emocione con su oratoria.
Que pase en un suspiro ya esta semana
Dios mío… Que se nos llenen el corazón y el alma
De corazas y plumas por Resolana.
Que levantemos a Cristo del suelo en la calle larga…
Que vuelva a sonar Amargura por la calle Feria.
Que se vuelva a llenar de sillas la campana,
Que por las calles no quepa ni un alma…
Que desde el centro o los barrios de la periferia
Glorifiquemos al Dios que nos dio la vida eterna…
Al que nos regaló la bendita Eucaristía…
Al que nos consuela… Al que es Alfa y Omega
Cada uno de los días de nuestra vida.
El que por el puente de Triana expira,
Al que llevamos como un tesoro en la cartera…
El que murió por nosotros y a su Madre Bendita…

Que solo queda una semana, compadre
Para volver a estar en la gloria…
A la Gloria, por fin... A la gloria
sin descanso ni posible escapatoria...
A la gloria, compadre. A la gloria.

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