lunes, 4 de diciembre de 2017

Recuerdos y más recuerdos...



El Adviento. Tiempo para la intima oración.
Tiempo de espera vigilante y profunda reflexión.
Tiempos que vuelven… Días de Esperanza y de vigilia,
De arrepentimiento… De perdón y de alegría.
De prisa pasaran estos días antaño felices, días
Que desembocaban en torrente de ilusiones,
En aquel tiempo tan lejano rebosante de emociones
Infantiles, grabados a fuego en el libro de nuestras vidas.
Pero aquel niño al crecer, aunque disfrutaba
Emocionado de esos días, preludio de vacaciones
Escolares, tardes de brasero y alegres canciones
Perdidas en aquel ayer… Y ya casi olvidadas…
Deseaba íntimamente que llegase esta semana…
Los cortos días del Adviento cuando comenzaban
En mi interior las nervioseras y la gozosa espera.
De lo que estando por venir y no menos deseado
Hacía que por estas fechas, inevitablemente cada año…
En invierno, todo para aquel muchacho, se convirtiera
En la mas radiante, jubilosa y feliz de las primaveras…
Los días en que con ese intimo y viejo amigo
Volvías nuevamente a recorrer el camino
Que tantas veces antes, habías recorrido…
Ese camino que te llevaba al mismo sitio
Donde el reencuentro con tu capataz y tus amigos,
Hacía renacer la ilusión de aquellos niños
Que ya siendo hombres, daban lo mejor de sí mismos
Para seguir con una bendita tradición de siglos.
Cada año, en estos días comenzaba
La cuenta atrás, que irremediablemente me llevaba
Al camino ineludible de mis citas más deseadas...
Todo en mi existencia se transformaba
Con el solo pensamiento de lo que al fin llegaba
En tornado de ilusiones desbordadas…
Ese Domingo que de ramos y palmas estalla…
Reuniones… Pescaitos… La primera Igualá…
Noches de entrenamientos, amigos, copas y tertulias… La mudá.
Tres meses que pasaban volando para que al final
Llegara el día más deseado… El día en que el costal
Se convertía en tu inseparable compañero…
El día de volver a vivir el momento
De poder disfrutar el privilegio de ser y sentir en costalero…
El día de dejar de soñar y volver a revivir el viejo anhelo...
Y poder pasearlos por la calle de nuevo
Como tantos buenos hombres antes lo hicieron.
Así lo vivía yo… Por eso así lo cuento.
Qué pena que ya solo pueda vivirlo en mis sueños…

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