martes, 26 de julio de 2022

 


Cuando la noche, fría y oscura

De este Enero, empeñado

En volver a evocar de mi lejana juventud, la locura…

Que convierte toda la magia del pasado

En tantas vivencias y recuerdos gratos…

Y el presente en amargura…

Cuando la mañana vence al sueño

Y el sopor del viejo ensueño

Deja atrás la quimera, dando paso a la cordura…

Entregándote de nuevo a la verdad más cruda.

Te insinúas en el fondo de mi anhelo

Permanente y apareces de nuevo, muchacha…

Aquella que me enamoró en la madrugada

De una vida que apenas comenzaba

Y que preñó para siempre el alma

De este pobre infeliz que te idolatra.

Y te acercas a mi lado y susurras quedamente

Sinfonías de pretéritos sentimientos

Que adormecidas por el tiempo,

La distancia y la vejez que entorpece

La visión y hasta el sentido más renuente,

Llevándome de nuevo al rincón del desaliento…

Y así, entre las tablas de aquella vieja

Parihuela, henchida de jirones

De ensueños que despiertan

Como sombras del pasado

Donde quedaron tantos viejos amores

Hoy de nuevo he recordado

A tantos y tantos buenos hombres

Que en aquella juventud incierta

Pasaron tan buenos y malos ratos

Tantas noches de gloria y tan amargos sinsabores…

Y como vuelves a mí, te iras de nuevo Muchacha…

Dejando en mi boca el regusto amargo

De tenerte de nuevo a mi lado

Y que en lo mejor de mi ensueño te marchas…

Dejando a este pobre viejo

Solo… Y a solas con sus recuerdos.

Bendita mil veces… Y amada muchacha

que cuando menos lo espero

tras cualquier esquina de mis deseos

de la nada, apareces trayendo el amor y la paz a mi alma.

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