Minuto a minuto… Sonrisa a sonrisa.
La quimera, como el alma, siempre viva.
Mientras a tu alrededor, la tarde pasa
Entre tanto todo… Y tanta nada.
Duermevelas de tardes de verano
Donde el calor sofoca tanta ausencia…
Ansiando como tantas veces, la presencia
De aquel o aquella al que, en el pasado
Desnudaste el alma y que ahora, veterano
Y avieso jugador en tantas batallas perdidas
Tanto echas de menos a tu lado…
El olor del barro seco que deja la crecida…
El turbio malestar tras tanto vino barato
Como tantas noches llenaron tu barriga…
El vago sentimiento de antipatía por los demás
Que llena de enojos atrasados el pensamiento
De que lo que pudiendo haber sido,
Nunca podrás darlo ni dejarlo por vivido,
Siendo como sospechas, una parte del experimento
Que comenzara hace ya quizás, demasiado tiempo.
Entre tanto todo y tanta nada,
El graznido del cuervo negro
que anida en medio de la espesura
De un calendario que avanza
Y que te hace sentir cada día más viejo,
Entre alegrías o amarguras
Entre gozos y desmesuras…
Entre vigilias o sueño…
Entre prosperidad y fortuna,
Entre olvidos, desatinos o desengaños
Tras gozosos días o noches sin luna…
Tras las sombras de
un ayer, que está tan lejos
Como yo ahora estoy del que lea esto…
Segundo a segundo … Insoportablemente deprisa.
La entelequia, como la esencia, siempre activa…
Y mientras tanto tú, como un barco a la deriva
Esperando un no se qué de la vida…
Mientras a tu alrededor, la tarde pasa
Lentamente, como antes, pasaron tantas…
Entre tanto todo… Y tanta nada.
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