martes, 21 de abril de 2009

Mi Semana Santa ya nunca volverá a ser igual...

No sé como enfrentarme a ésto... El pasado Miercoles Santo, decidiste dejar el martillo. Desde el mismo momento en que tuve la inmensa suerte de hacerme un huequecito dentro de tu corazón, mis conceptos sobre esta maravillosa aficción que nos apasiona, cambiaron de manera radical para siempre. Junto a tí, en estos años en los que tenido el privilegio de disfrutarte, he reido... He llorado... Me he llegado a emocionar de forma indescriptible... he seguido aprendiendo... Me has enriquecido con experiencias inolvidables... Sólo con estar a tu lado, he saboreado la esencia misma de la hondura de la sevillanía que destilas por los cuatro costados... Ahora que te vas, aunque parezca presuntuoso, nos dejas huerfanos de unas formas y un estilo que para siempre estará en la memoria de los que te hemos disfrutado a nuestro lado. Gracias, Don Rafael por todo lo que nos has regalado. Bendita sea la madre que le parió a usted. Que Dios te bendiga y nos proteja.

1 comentario:

Caballa dijo...

Amen...y como usted dijo el domingo de Ramo tras recogerse la Cena...
Esto es insultante!!!

Un abrazo grande!