sábado, 28 de enero de 2012

Y contaran que una tarde de Enero...

Y contaran que una tarde de Enero

El abuelo y su nietecita,

Como a diario siempre hacían…

Para terminar con su paseo

Entraron en la capilla…

Y que al terminar la visita,

Cuando a la puerta se dirigían

Rompió a llorar el viejo…

Y que volviendo sobre sus pasos

Se sentaron otra vez en un banco.

Y que el abuelo emocionado

Cogiendo sus tiernas manitas

Tras dar un beso en sus mejillas

Y guardar su pañuelo arrugado

Sacando fuerzas de flaqueza

Con infinita tristeza…

Abrió el corazón a su nieta

Y que allí, solos frente al retablo

El invierno se tornó en primavera…

Y por primera vez, después de tantos años

Sintiéndose joven de nuevo

Sin caberle el corazón en el pecho

Le contó su pequeño milagro…

¿Recuerdas, aquello de lo que te hablé…?

¿Te acuerdas preciosa mía?

Pues aquello que entonces no comprendías

Esta tarde al fin te lo explicaré…

De esto, hace ya muchos años,

Y estando como hoy estamos

Sentados en este banco

A mi bendito Cristo le pregunté

Si Él quería que volviera a hacer algo…

Y como siempre está dispuesto a ayudarnos…

La respuesta que andaba buscando

De sus mismos labios escuché….

¿Y que le preguntaste abuelo…?

Le pregunté con toda mi alma

Si al menos quería que intentara….

Ser quizás por última vez su costalero…

¿Y qué te contestó abuelo…?

Pues como buen Padre

Trajo a mi alma el consuelo.

Y desde aquella tarde,

Solo espero el momento

De que me llame de nuevo

Para poder cumplir nuestro acuerdo.

Esta fue su respuesta tesoro, la llevo grabada a fuego.

“¿Otra vez aquí, costalero,

Como haces cada día…? Pero

Hoy todo va ser distinto, hoy terminaremos esto.

Se que siempre me llevaste dentro…

Todo al fin, a Mi llega… Llegan tus rezos

Y tus plegarias… Y también llegan tus sueños.

Y cuales son tus dudas y cuales tus miedos

¿Por qué sigues con tu empeño…?

Esto quedará para nosotros y aunque es cierto

Que volver a ser Mi costalero

Sigue siendo tu mayor anhelo

También lo es que se acabo tu tiempo.

Que de tus sueños y pasados recuerdos

Tengo Mi corazón lleno…

Más recuerda que una vez,

Con arrogancia y altivez

Fuiste tu quien me dijiste hasta luego

La noche de un Lunes Santo.

Y que Yo recogí tu palabra apenado.

Fuiste tu quien no quiso ser ya mi cirineo…

Fuiste tu quien se marcho de Mi lado…

Y en el sitio que ocupabas, ya otro ocupa tu puesto…

Por eso ahora, que el tiempo ha pasado

Y Yo ya te he perdonado

Te vuelvo a regalar otro intento.

Pero quiero que lo hagas lejos…

Ve a otro sitio, con tus otros hermanos

Y vuelve a intentarlo de nuevo.

Y nunca olvides que siempre estaré esperando

Para volver a llamarte de nuevo.

Y ese día, junto a tantos como te precedieron

Espero que a mi llamada acudas presto

Solo entonces, a la voz de tu capataz

Me podrás de nuevo pasear,

Como siempre ha sido tu sueño.

No dejes nunca de seguir viniendo a vernos…

Y ahora, antes de que te vayas…

Y salgas hoy de Mi casa…

Una última cosa te ordeno

Cuando en las tardes de Lunes Santo,

Entre azahares y naranjos…

Yo camine por las calles de Mi barrio

Solo de ésta forma, podrás volver a ser mi cirineo…

Cuida de tus nazarenas desde que salgan

Hasta que por fin estén dentro…

Que nos le falte de nada…

Está siempre atento,

Que con tu penitencia acabada

Me sentiré satisfecho.

Y como tanta dedicación y tanto empeño

A Mi parecer merecen premio…

Te permito que me sigas paseando

Pues sigue siendo tú mayor anhelo…

Pero será otro día… No el Lunes Santo.

A Mí, siempre me podrás soñar en tus sueños.…

Y desde ahora y para siempre… Vete en paz, costalero.”

¿Y tú que hiciste Abuelo?

Pues desde aquella tarde, encontré la paz…

Y aparte de obedecerlo,

Hice siempre su voluntad

Y cumplí cabal nuestro acuerdo.

Aunque me costara tantas lagrimas comprenderlo.

Y aquí me tienes, preciosa, aguardando el momento

Esperando desde entonces su llamada

Con mi ropa preparada

Para que cuando me llame, me coja siempre dispuesto…

Y mientras llega ese día, mi cielo

Ese día que tanto espero,

El día que por fin de nuevo

Pueda ser su costalero…

Seguiré cada día viniendo a verlos…

Y por las noches, cuando me venza el sueño

Seguiré soñando que vuelvo a ser su costalero…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No me explico como es posible, es la cuarta vez que lo leo y otra vez los ojos llenos, .. "la madre que te parió, Antonio".

Me hace feliz tener como hermano y amigo a una persona capaz de sentir como sientes, por eso siempre serás diferente...

Que Dios te bendiga y fuerte p'arriba, por tus nazarenas y por Quien tu sabes que te espera allá por la calle feria.

Un abrazo de tu absorto y emocionado hermano.

Anónimo dijo...

Uffff.... dios!!!!!
Pellizco gordo!!!!
MAO