jueves, 30 de julio de 2009
El que se queda con un elogio... Se queda con algo ajeno.
Para tí.
Mi paciente compañera. La única culpable de que sea como soy.
Gracias por existir.
Llegaste a mi vida sin anunciarte
Con la misma calma que ahora derrochas
Sin darme apenas tiempo a prepararme
Para convertir un triste cardo en una rosa.
Así, en aquella tarde incierta
De risas, paseos y presentaciones…
Inundaste mi existencia de dulce primavera.
Hiciste de mi vida borrón y cuenta nueva,
Trajiste en tu equipaje nuevas ilusiones
Regalándome la pasión más sincera,
Haciendo que el destino se cumpliera
Colmando mi presente y mi futuro de emociones…
Aún recuerdo tu limpia mirada.
Tu sonrisa apenas esbozada…
Tu temerosa mano al ser tomada.
El dulce rumor de tus palabras…
Y el primer te quiero, acobardada.
Tu vida, hasta ayer mismo tan tranquila, hoy, de manera alocada,
Hacía que cualquier tarde, se volviera feliz madrugada…
Así, sencillamente, nuestra aventura comenzaba
A dar sus primeros pasos… de manera confiada.
Fueron difíciles comienzos para tan grande aventura.
Pero tú, con tan sólo tu enorme paciencia y tu cordura,
Trocaste en sentido común, mi puntito de locura…
Convirtiendo un erial, en algo lleno de hermosura.
Fuiste tú, con tus muchas virtudes y con tu empeño
La que poco a poco trajiste a mi vida el sosiego…
La que llenaste de flores aquel pequeño huerto
Que hasta tu llegada, permanecía tan seco y tan desierto…
Por todo esto y a pesar de los malos ratos
Que alguna que otra vez nos hemos regalado…
De tanto como juntos, hemos sufrido y disfrutado.
Ahora, que con el paso de los años
Sin reproches, vuelvo la vista al pasado,
Ahora, es cuando caigo en la cuenta, que a tu lado
Viviría otras mil vidas, sin dudarlo.
Eres, con total certeza, lo mejor que me ha ocurrido.
Tu, amor mío, que tanto me has entregado…
Tu, amor mío, que tanto me has enseñado…
Sólo puedo dar gracias a Dios, por haberte puesto en mi camino.
Ahora que nuestras vidas, por fin alcanzan
La paz y el sosiego de la madurez tan bien ganada
Quiero decirte que te quiero, que ayer, hoy y mañana
Siempre… Siempre seguirá en el fondo de mi alma
El eco de aquella tarde, allí, junto al puente de Triana
Cuando cambiaste para siempre en mi, las dudas por la esperanza.
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4 comentarios:
Eso no se lo esperaba Dña. Asuncion...
Gordi, gracias por tus palabras.
Sólo decirte que mi vida seguramente influenciada por tu presencia, en lo bueno y en lo malo, con sus alegrías y sus tristezas no la cambio por nada.
T.Q. ...
Estás que babeas con tu parienta, y no es para menos, pedazo de persona y, además, Sangonzaleña. Ole los dos. Bueno los dos + las otras dos. Os quiero.
Emilio Salés.
Que maravilla, Antonio y Asun, enhorabuena a ambos. Tenéis un tesoro de enorme valor, y más hoy en día, en tiempos de egoismo, mentiras y falta de fe y de amor. Besos.
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