miércoles, 8 de julio de 2009

En los confines del arrabal... Y de la memoria...

Un triunvirato para la historia. Tres maestros irrepetibles que se conjugaron para obrar un prodigio. Un escultor, un maestro tallista y un capataz... La portentosa recreación del dialogo entre el Hijo de Dios mismo y el pontifice... El sueño hecho paso. La magnificencia, la filigrana en la talla, el milagro hecho madera... Las manos y un corazón hermano... hechos arte por y para su hermandad y su Cristo. El caracter... La impronta... La genuima valentía rayana en la temeridad... La exigencia llevada hasta el límite... La busqueda de la perfección... El sueño de un capataz que cambió la historia... Allí, en los confines del arrabal... ¡Ay! Señor… Nunca nadie soñó Con hacerte tan bien bien hecho, Señor ¿Qué le pasó al escultor…? ¿Fue un delirio… fue locura…? Decídmelo ustedes… Por Dios. ¿Qué le pasó al escultor? Para hacerte con esas hechuras… Decidme si no fue un milagro Lo que de dentro de un cacho madera Llegó a sacar el gaditano. ¿Y el maestro…? ¿Y el maestro Guzmán Bejarano…? Y de su paso… ¿Qué digo…? ¿Qué digo del paso que no se haya dicho…? Yo no voy a decir nada… Que ya lo dirán nuestros hijos… Aunque piense para mis adentros Que el paso que lleva mi Cristo Es el mejor paso ¡Por los siglos de los siglos! ¿Y Juan…? ¿Y el maestro Vizcaya…? ¡Ay Juan…! ¡Ay Juan de mi alma…! Que el día que cruzaste el puente No fue para llegar a la campana… Que fue para subir hasta el cielo Y ya no volver nunca a casa. ¡Ay Juan…! ¡Ay Juan de mi alma…! Tú que tanto soñaste Sacar al Señor de Triana Tú que llevaste a la Virgen A ver a su madre a la cava… Nadie… Repito Juan… ¡Nadie! Paseó mejor que tu a Cristo Por las calles de Triana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En lo mas profundo de nuestros corazones está Juan Vizcaya. Sin embargo creo que la Hermandad se está olvidando de él Heidi, y de sus hijos y eso no es justo