martes, 26 de julio de 2022

 


Hoy y todos los días... Siempre mis abuelos...

Aunque no puedas creerme, amigo

Que ahora lees mis pobres letras,

Llevo tanto tiempo, días, semanas enteras

Intentado sacar, del tierno abrigo

Que el recuerdo emocionado nunca altera,

Este sentimiento que mi poca paz perpetra.

Porque quiero hablarte de los recuerdos

De aquella infancia, tanto tiempo adormecida

En la que como niño, que esbozaba apenas vida,

Sueños, amores por venir y primaveras florecidas

Vivía tan rotundamente feliz y en paz junto a sus abuelos…

Dolores, Teresa, Pepa, Emilio y Antonio … Eran aquellos

Los nombres que llenan de felicidad mis recuerdos.

Los que en tiempo de tanta miseria y carestías,

Suplían con amores, el devenir de nuestras cortas vidas.

Ellos, eran la alegría al recogerte a la puerta del colegio,

Cuando tus padres, por trabajar, no podían hacerlo.

Y eran el paseo, la merienda, el pan con aceite, el mayor privilegio…

O aquel vaso de leche calentita, que hacia olvidar el invierno.

Ellos eran el tan ansiado regalo de reyes y el aguinaldo.

Los que cuando llorabas… Te daban aquel abrazo

Que llenaba tu pequeño corazón de ternura y consuelo

Tras llegar a veces a su casa corriendo sin resuello

Después de aquella pedrada o aquel batacazo.

Los que las largas noches de invierno, se dedicaban

A ayudarte con los deberes, a preparar los pijamas

Que calentaban en el brasero de cisco que había en la casa.

A prepararte la cena, a enseñarte la oración y que rezaba

Contigo… Cuando derrotado de sueño, al fin te acostabas.

Los que a base de un amor que atesoraban

Sin quizás saberlo… El que no pudieron regalar

A sus hijos por falta de oportunidad o de tiempo…

Nos regalaron su mayor tesoro, nos dieron sus besos

Que ahora que yo soy mayor, tanto valoro y deseo.

Los que poco a poco, con el paso de los años

Uno tras otro, se fueron marchando de nuestro lado…

Dejando un vacío tan grande, que nunca pudimos llenarlo.

Dejándonos tanto amor, que solo nos queda recordarlos

Como lo mejor que en la infancia tuvimos y disfrutamos.

Por eso hoy quiero hacer este merecido homenaje

A esas personas que significaron tanto en mi vida.

Que tanto bien hicieron por mi  y que en la lejanía

Del emocionado recuerdo, donde tanto amor aun palpita…

Ahora que el paso de tiempo y la vejez, como veloz carruaje,

Me acerca poco a poco al abismo insondable del olvido…

Antes de que mi memoria se apague y no consiga acordarme

De mis queridos, añorados y nunca bien ponderados abuelos,

Quiero que el mundo sepa sepa que si… Que al menos

Mientras yo viva y sea capaz de atesorar recuerdos,

Siempre, en el fondo de mi corazón permanecerá

Aquella diminuta llama, que ellos, sin quizá pretenderlo

Prendieron en mi corazón de niño y que el tiempo dirá

Si supe transmitir a mis amigos, a mis hijos o a mis nietos…

Y que los quise con locura… Y que los sigo queriendo

Tanto y tanto como los sigo echando de menos.

Hasta luego y hasta siempre… Mis queridos abuelos.

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