martes, 26 de julio de 2022

 


No muchacha, no. Ya quisiera yo...

Porque cuando llegan estos días,

En los que cambia hasta el color

Del cielo, en los que antaño te tenía

Sólo para mi... Es cuando el dolor

Por tu ausencia, abre de nuevo la herida

Que jamás se cerró en este viejo corazón.

Y así, enfermo de nostalgia por tu ausencia...

Sigo muriéndome por tenerte muchacha…

Por llevarte a cuestas como antes…

Por jugar a sentirme como en casa

Por poder acariciarte hasta ablandarte…

Enfermo de nostalgia por tu ausencia,

Por la fiebre que consume mis recuerdos, loco…

Ahora que ya de noche no te toco

Abrumado por el mundo vacío y sin conciencia.

Y sigo muriéndome por tenerte muchacha…

Por soñarte a cada instante intentando doblegarme,

Intentado, en vana y desigual pelea, quitarme

La ilusión de tantas y lejanas madrugadas.

Qué lejos quedan las ilusiones de aquel tímido muchacho

Que prendido en su sueño enamorado

Tantas tardes, rendido para siempre a tus encantos,

Despierto llegó a soñar con poder amarte hasta el hartazgo.

Que por la dicha de poder amarte locamente

Te abrazaba hasta sangrar por las heridas

Que tú, abrasadora pasión de aquel loco impenitente

Sin asomo de piedad, desdeñosa le infligías.

Y cuando al fin, después de lucha tan desigual y agónica

Al fin te entregabas a mí, por el amor que yo te daba…

Aun así, tan ajena y tan distante te mostrabas…

Sabiendo que por y para siempre serías la única

Que ocuparía aquel rincón de mi alma enamorada.

Mas al llegar la hora de tener que separarnos,

Como llega el ocaso cuando acaba el día…

Triste pero feliz, me marche de tu lado… Porque sabía

Que nadie más en este mundo te amaría

Como yo te había querido...

Como yo te había sentido…

Para siempre tu mejor enamorado.

Perder por tu recuerdo la salud, yo no quisiera

Que nunca se emborracha la memoria

Bordando en pesadillas la ilusoria

Utopía de verte y saber a ciencia cierta

Que nunca más será como antes fuera…

Maldíceme muchacha, porque a la vida

La quiero lejos de tí, amarga y dolorosa.

Clavando sus espinas cada rosa

Y con la soledad haciéndose mi amiga.

Maldíceme muchacha ¡Dios te bendiga!

Si no eres tú… Mi loco amor… No quiero otra cosa.

No hay comentarios: